Cuando dos corazones se besan
- Satori Marort
- 5 abr 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 27 jul 2020
Era la mañana semilluviosa y allí entre muros escarlata, él, mirándola, le preguntó:
-¿Puede mi corazón, besar tu corazón?
Ella, con la mirada juguetona y con una voz ligeramente desconcertada le cuestionó:
-¿Y cómo..., cómo es que dos corazones pueden besarse?
El silencio los devoró de inmediato, mientras el ascensor siguió bajando.
Cuando dos corazones se besan -susurró él- todo se detiene, todo cesa, el instante presente de condición efímera, se eterniza.
Y de pronto, hundió sus dedos entre el suave cabello de ella, besándola hasta diluir sus labios, hasta evaporar su aliento, hasta ser dos corazones que se besan, hasta ser vacío..., eternidad.

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