Eternidad
- Satori Marort
- 3 abr 2018
- 1 Min. de lectura
Él: -Esa mirada me trastoca lo más profundo de mi interior, me conecta contigo como si de vidas pasadas ya nos conociéramos.
Ella: -¡Tal vez sí!
Él: -Quizá en muchas vidas pasadas nos hemos encontrado, nos hemos mirado y en esa mirada nos hemos aguardado..., refugiado; como el lago mira la luna desde lo más profundo y la luna le mira desde lo más alto y a pesar de la distancia, del tiempo, el lago le aguarda entre sus aguas serenas, sin por ello ahogarla y la luna a cambio le empapa con su luz y le obsequia el universo...
Pero inclusive antes de que el lago fuera lago y la luna, luna; ya se miraban, ya se querían, ya se contaban historias..., ya se aguardaban, pues el lago antes que lago era nube y con su efímera y suave existencia, sobre su regazo recostaba a la luna...; pero aún inclusive más allá de la forma, más allá del tiempo, del nombre, de la luna como luna y el lago como lago, eran nada en la nada y aun así, ya se conocían y se miraban como uno solo.

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